TULUM, México – La industria hotelera de Tulum ha vuelto a pedir al Congreso del Estado que reconsidere la viabilidad del impuesto denominado “Visitax”, citando su impacto negativo en la imagen turística de la región y su cuestionable relevancia. David Ortiz Mena, vicepresidente del Consejo de Hoteles del Caribe Mexicano, enfatizó que es el momento oportuno para evaluar de manera integral si mantener este impuesto es lo mejor para Tulum y sus visitantes, ya que el Poder Legislativo revisará próximamente la Ley de Ingresos del siguiente año.
“Creemos que se trata de un cobro engañoso y perjudicial que no sólo infla el costo de visitar nuestro destino sino que empaña su imagen”, explicó Ortiz Mena. “Muchos viajeros denuncian no haber pagado este impuesto y ahora temen regresar porque en el aeropuerto les advierten que eviten problemas relacionados con esta tasa, sugiriendo una vinculación con su pasaporte. Es una invitación para que nuestros turistas no regresen”, lamentó.
El Visitax: un legado dudoso
El “Visitax” fue introducido originalmente por el Congreso del Estado durante el mandato del gobierno anterior como una medida de emergencia para combatir las consecuencias financieras de la pandemia de COVID-19. Su objetivo era evitar aumentos en los impuestos de alojamiento y nómina. Sin embargo, ahora que ambos impuestos ya se han incrementado, Visitax ha perdido su justificación. Además, los sitios web que recaudan el impuesto ofrecen explicaciones y tarifas contradictorias.
“Un turista que llega a nuestro país ya paga cerca de 667 pesos como cuota de no residente, además de los 560 pesos de la tarifa de uso aeroportuario (TUA) para vuelos internacionales. Los hoteleros también pagan un impuesto de saneamiento ambiental. El propósito del Visitax no está nada claro”, comentó Ortiz Mena. Reiteró que la industria hotelera ya había invitado a los legisladores locales y al gobierno estatal a colaborar para encontrar mejores formas de promover turismo, el sustento económico de Quintana Roo, “sin recurrir a acusaciones engañosas que hacen más daño que bien”.
El polémico “Visitax” sigue siendo una fuente de preocupación para el sector hotelero de Tulum. No solo complica la experiencia de los turistas, sino que también amenaza la reputación de la región como destino atractivo. Mientras Tulum se esfuerza por recuperarse del impacto de la pandemia y recuperar su estatus como un importante centro turístico, la necesidad de una tributación transparente y favorable para los turistas se hace cada vez más evidente.
En los próximos meses, el Congreso del Estado deberá sopesar cuidadosamente los costos y beneficios de mantener el Visitax, tomando en cuenta sus efectos tanto en el turismo como en la economía en general. El llamado de la industria hotelera para que se reconsidere este impuesto debería servir como catalizador para un diálogo productivo que conduzca a un sistema tributario que apoye el crecimiento y la prosperidad de la región sin disuadir a los visitantes de regresar.