Los apicultores de Tulum forjan resiliencia en medio de la industrialización y el cambio climático
TULUM, México – El impacto de la industrialización y el cambio climático en la industria apícola de Tulum. Patricio Tamay Dzib, oriundo del encantador pueblo de Chanchen Palmar, reflexiona sobre la aparición paulatina de estos desafíos. Destaca cómo la saturación del mercado de edulcorantes masivos ha pasado factura a la actividad apícola de la zona. Además, la preferencia por jarabes de miel baratos elaborados con azúcar o ingredientes artificiales ha contribuido a esta disminución.
Este cambio en las preferencias de los consumidores ha hecho bajar el precio de la miel meticulosamente elaborada y producida mediante métodos orgánicos tradicionales. A pesar de enfrentar numerosas adversidades, estos apicultores se mantienen firmes en su compromiso con sus prácticas ancestrales, velando por el bienestar de las abejas y el proceso de extracción de miel libre de químicos.
Tamay Dzib destaca que la importancia de las abejas trasciende la producción de miel. Estos laboriosos polinizadores desempeñan un papel vital en la fertilización de los cultivos de calabaza y maíz, que, a su vez, proporcionan sustento a las abejas.
“En tiempos difíciles, persistimos en cuidar de las abejas y el ecosistema que las rodea. Nos enfrentamos a varios obstáculos en el sector de la miel a medida que los edulcorantes sintéticos inundan el mercado y devalúan nuestra mano de obra. Las consecuencias se reflejan en la caída de los precios”, explica Tamay Dzib.
Además, lamenta el desgarrador número de muertes de abejas como resultado del uso de pesticidas y otras sustancias químicas. “Las abejas mueren por envenenamiento químico; algunos están atrapados en sus celdas, incapaces de salir y sufrir una muerte prematura”, añade.
Marcos Ku Canché, propietario del estimado meliponario Las Tres Palmas, se hace eco de estos sentimientos. Recuerda vívidamente las lecciones que su abuelo le dio en su niñez sobre el arte de la apicultura, y reconoce los cambios sísmicos que han ocurrido desde entonces.
Ante factores adversos como la sequía, las altas temperaturas, la falta de floración y el exceso de precipitaciones, Ku Canché se ha visto obligado a recurrir a la alimentación suplementaria para evitar la mortalidad de las abejas. La adaptación se ha convertido en el lema mientras navegan a través de estos desafíos preservando al mismo tiempo la esencia de la sabiduría transmitida por sus antepasados mayas.
Apicultores de Tulum se someten a proceso de censo y certificación
Se está llevando a cabo una iniciativa monumental en la región maya de Tulum: un censo completo de apicultores. Paralelamente se ha iniciado el riguroso proceso de certificación federal, encabezado por Bady Gómez Soberano, Director General de Economía Municipal.
En los últimos meses se ha iniciado un registro de productores rurales de miel en Tulum, habiéndose ya contabilizado aproximadamente 100 apicultores. Sin embargo, este esfuerzo está lejos de estar completo, ya que busca abarcar a numerosas comunidades locales.
El objetivo de este emprendimiento es obtener la certificación de la miel de Tulum. Se requiere una evaluación y un análisis rigurosos, que implican exámenes meticulosos realizados por laboratorios y químicos para evaluar la pureza de este edulcorante natural.
Ingenieros especializados en agronomía examinarán las prácticas de apicultura, el manejo de colmenas y las técnicas de procesamiento de miel. La culminación de este esfuerzo marcaría un logro significativo, ya que ningún apicultor de la región ha obtenido aún esta codiciada certificación. El proceso está preparado para elevar la calidad de la miel de Tulum y establecer un marco orgánico para su producción.
Empoderar a las familias y fomentar el crecimiento económico
En un esfuerzo alentador, 48 familias de la región maya de Tulum han recibido recursos y equipos esenciales, preparados para catalizar el avance económico.
La distribución incluye abejas reinas, colmenas, cajas, láminas de cera con relieve, vestimenta especializada y más de una tonelada de azúcar. Estos invaluables recursos representan una inversión superior a los 279 mil pesos, provenientes de fondos municipales.