
El proyecto del aeropuerto de Tulum en México y la lucha por la transparencia
TULÚM, México – Transparencia y derecho a acceso La información pública está a la vanguardia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) en México. Su misión es combatir la opacidad y asegurar que la sociedad tenga acceso a la información que busca, ya sea sobre salarios de funcionarios gubernamentales, programas sociales, estudios de impacto ambiental o documentación relacionada con infraestructura. proyectos a escala nacional.
Uno de esos proyectos bajo escrutinio es el Felipe Carrillo Puerto Internacional Aeropuerto en Tulum, Quintana Roo. Desde la perspectiva del gobierno federal, este aeropuerto comenzará a operar el 1 de diciembre de 2023. Se proyecta que recibirá entre cinco y seis millones de pasajeros anualmente, aliviando parte de la carga del aeropuerto de Cancún. Además, está diseñado para servir como base militar y desempeñar un papel fundamental en el impulso turismo y la economía regional, alineándose con la Tren Maya iniciativa.
Los mexicanos están deseosos de conocer más sobre este nuevo aeropuerto, lo que generó 651 registros relacionados con él en la Plataforma Nacional de Transparencia (PNT) al 1 de septiembre. Estos registros incluyen 203 piezas de información pública, 441 solicitudes y 7 quejas sobre respuestas.

Los ciudadanos están utilizando herramientas de transparencia para solicitar información a diversas agencias gubernamentales. Por ejemplo, están solicitando a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) una lista de todas las empresas e individuos contratados para la construcción del aeropuerto. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), solicita copia del documento oficial relativo a la construcción de la base aérea cívico-militar. Además, se solicitan a la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) evaluaciones, estudios y análisis relacionados con el proyecto, entre otras consultas.
La mayoría de las instituciones encargadas de brindar esta información pertenecen a las Fuerzas Armadas, como aeropuerto de tulum está bajo la administración de la empresa de propiedad mayoritaria estatal “Grupo Aeroportuario, Ferroviario y de Servicios Auxiliares Olmeca-Maya-Mexica SA de CV”, constituida en abril de 2022 y coordinada por la SEDENA.
Vale la pena señalar que, además de sus responsabilidades principales en seguridad, aduanas y megaproyectos, las Fuerzas Armadas mexicanas pronto administrarán 15 aeropuertos en el país y supervisarán las operaciones de la resucitada aerolínea “Mexicana”. Sin embargo, no están exentos de transparencia y deben rendir cuentas ante el público.

Recordemos que el 18 de mayo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolvió que la información relativa a proyectos y obras del gobierno federal es pública, y el término “seguridad nacional” no puede utilizarse como motivo de confidencialidad.
Esta decisión de la Corte fue en respuesta a la Controversia Constitucional (217/2021) interpuesta por el INAI en diciembre de 2021. Esto luego de que se publicara un Acuerdo en el Diario Oficial de la Federación el 22 de noviembre del mismo año, designando estos proyectos de infraestructura. como cuestiones de seguridad nacional e interés público.
Como se destacó en diversos foros, la información sobre adquisiciones, contratos y obras de infraestructura no puede blindarse bajo la etiqueta de “seguridad nacional” porque involucran recursos públicos. A pesar del fallo de la Corte Suprema, ese mismo día el Ejecutivo Federal emitió un Decreto señalando que la construcción de bienes públicos, transporte, aeropuertos (incluido Palenque, Chetumal, y Tulum), el Tren Maya y el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec se consideran asuntos de seguridad nacional.

Por ello, ante la llamativa similitud entre el Decreto de mayo de 2023 y el Acuerdo de finales de 2021, el INAI ha presentado una denuncia ante la SCJN, solicitando que los efectos de la Controversia se extiendan al nuevo Decreto.
El hecho de que el Pleno del INAI ya esté autorizado para convocar permite la interposición de acciones de inconstitucionalidad o controversias constitucionales, que son herramientas cruciales para mantener el equilibrio de poder y salvaguardar los derechos humanos.