Los habitantes encantados de Tulum: la historia de los Aluxes

TULUM, México – México es famoso por sus peculiares y sorprendentes leyendas, que van desde historias de fantasmas hasta cuentos de dioses y criaturas míticas. Si bien muchas leyendas están asociadas con estados y lugares específicos, hay ciertos lugares que han ganado fama por su extraordinario folclore. Entre ellos destaca Tulum con sus enigmáticos cuentos de los Aluxes.

Los Aluxes, conocidos como “Alux” en maya y “alux'ob” en plural, son parte integral de la mitología maya. Estos seres místicos son descritos como pequeños duendes o elfos que habitan en lugares como selvas, cuevas y cenotes, que son sumideros naturales que se encuentran en la Península de Yucatán.

Parecidos a los seres humanos, los Alux se diferencian en tamaño y miden sólo hasta la altura de las rodillas de una persona. Según la creencia popular, estas diminutas criaturas se visten con antiguos atuendos mayas, con alpargatas, sombreros e incluso acompañadas de un perro. Construyen sus hogares dentro de cuevas repartidas por toda la Península de Yucatán, a menudo salvaguardando pueblos y regiones mayas.

Innumerables leyendas rodean los encuentros con estos seres peculiares, con historias de extrañas apariciones en campos de maíz y naturaleza salvaje. Se dice que el comportamiento de los Aluxes varía según el trato que reciben. Se sabe que son muy territoriales, y cualquiera que insulte o se entrometa en sus dominios corre el riesgo de ser víctima de su retribución en forma de una enfermedad transportada por el viento, conocida como “aire maligno” o “mal aire”. Para mantener la armonía, los lugareños aconsejan ofrecerles comida si alguna vez uno entra en contacto con ellos, ya que a su vez protegerán y nutrirán sus cultivos.

La historia de los Aluxes se entrelaza con la cautivadora leyenda del Enano de Uxmal. Al igual que los Aluxes, el Enano fue creado a partir de arcilla por sacerdotes mayas, que buscaban cuevas vírgenes para este propósito, asegurándose de que ninguna mujer hubiera puesto un pie en ellas. Después de ser recolectada, la arcilla se dejaba reposar durante nueve noches y luego se mezclaba con una poción hecha de miel y flores silvestres. Una vez más, permanecería intacto durante otras nueve noches en un altar, protegido de los rayos del sol.

Cuando transcurrió el tiempo señalado, la mezcla de arcilla fue esparcida por el desierto entre cánticos y oraciones, cumpliendo con su misión de salvaguardar la cosecha. La leyenda también habla de que los Aluxes salían de sus cuevas al anochecer y se retiraban antes del amanecer. Se dice que los perros que los acompañan están hechos del mismo material encantado.

Circulan muchos cuentos sobre estas criaturas míticas, pero uno comúnmente compartido entre la población rural es que para que un Alux vigile sus cultivos, se debe construir una pequeña casa para él. Sin embargo, después de siete años, la puerta de la casa debe ser sellada; de lo contrario, el Alux se volverá contra su adoptante y contra cualquiera que encuentre. Si la puerta permanece abierta, los Alux decidirán si quedarse o marcharse en función de lo que les ofrezca el entorno.

Si alguien es víctima del “mal aire” enviado por un Alux, se recomienda encarecidamente buscar la ayuda de un experto H'men, un curandero tradicional maya. No hacerlo puede poner en peligro el alma del individuo, según relatos locales.

Muchas personas afirman haber tenido encuentros con estos seres míticos, y el consenso general es que la experiencia depende enteramente del trato que se les brinde. Entonces, si te encuentras en la encantadora tierra de Yucatán, prepárate para la posibilidad de encontrarte con estas fascinantes criaturas del folclore maya.